La siembra y la lluvia que no llega.
El domingo 14 de noviembre precipitaron cinco litros de lluvia para terminar de mojar los campos que no permiten aún el arado para la siembra. Las tierras están secas y ya se han sembrado los barbechos, pero hace falta algo más de agua para que las tierras fuertes permitan la roturación.
Con cuentagotas ha llovido este otoño y aunque con poco agua se siembra en la Vega, no se ve colmada la expectativa de los agricultores con lo poco que ha precipitado y no permite las buenas labores.
No es distinto el agua caído en otros sitios, pues la comarca está muy seca y hay muchas parcelas sin labrar, esperando mejores tiempos, tal vez para el cultivo del girasol o del descano en barbecho.
El precio del cereal se ha estabilizado en unos altos precios, que hace también animar a los agricultores para que el próximo año la cosecha venga con la rentabilidad suficiente para premiar su trabajo.
No comienza bien este año agrícola en el que parece que San Isidro está mirando a las musarañas, en vez de echar una mano a los agricultores.
En noviembre, pasado el veinte, invierno permanenete, dice el refrán y está dejando a los agricultores con ganas de hacer la siembra bien y a tiempo.