El aire ensucia las calles del pueblo.
La caída de la hoja de cada otoño, ya era suficiente para empañar la limpieza de las calles, pero ha sido el fuerte aire que ha azotado el pueblo ene segunda semana de noviembre el que ha traído muchos resto vegetal a las calles. El viento ha terminado de caer la hoja de los árboles y ha arrastrado cardos, zaramagos y otras hierbas secas a las calles arrimándose y juntándose en torno a diversos rincones que dan al pueblo y nuestras calles, una sensación de pobreza, abandono y suciedad poco digna de lo que nos merecemos.
Las cercas de las tierras próximas a la localidad han servido de barrera a tanto cardo volando y se ha constituido una verdadera pared de picos y zaramagos entres sus alambres.
Ha hecho falta que se terminara el contrato de los obreros que limpian las calles para que estas aparecieran sucias y muy mal cuidadas. La Mancomunidad, tan atractiva y atrayente para otras cosas y con tanto animado personal sociocultural contratado, no piensa en contratar a alguien que, cada día en un pueblo, limpie las calles con la urgencia que se precisa.
Por otro lado, los obreros de Obras Públicas se ha encargado de podar los árboles de la iglesia y aún permanecen las ramas en la cuneta, que no lleban una obra a hecho, por lo que la entrada de la Vega parece que estásiempre en precario, sea por un acosa u otra. tampoco hay autoridad que diga que eso así no está bien y menos tratandose de algo con olor oficial.