Las primeras lluvias de septiembre.
. Las primeras lluvias de septiembre anuncian el final del verano, como viene siendo costumbre. Con la bajada de temperaturas decimos adiós a los soleados días y miramos al campo esperando la cosecha de uvas, la de girasoles y recogiendo los últimos frutos de los melonares, que este año por cierto, no ha sido bueno del todo.
Ha llovido en estos días primeros de mes de septiembre y lo ha hecho bien, empezando con cinco o seis litros y refrescando los abusivos calores que nos agobiaban.
Quedan unos días de espera para recoger los frutos del otoño, esas zarzamoras, las bellotas y los esperados níscalos.
Es tiempo de coger las tamujas y guardar leña para el largo invierno una vez que las eras han quedado vacías y los precios de los cereales han despuntado gracias a que en Rusia no exportan por las malas cosechas, sequía e incendios que se han producido allí.
El final de verano se nota ahora demasiado, puesto que el bar ha cerrado por una semana merecida de vacaciones.
Con las primeras lluvias y las temperaturas más bajas, nuestros vecinos de Madrid que han pasado en verano con nosotros, emigran como las cigüeñas al refugio de las mayores comodidades de su piso en Madrid.
El ciclo comienza de nuevo, que la vida escolar, la política y la rueda de la actividad tienen ahora su llegada y su partida.
Mientras esperamos más lluvias y que la naturaleza se duerma en invierno, lo que ahora tenemos es la paz y la tranquilidad que es nuestro premio, resumen de las ventajas de vivir en el mejor pueblo de Castilla. .