Llega el auténtico verano.
El calor aprieta y en la Vega se está muy bien.
Las mañanas se han llenado de niños por las calles que juegan con la bici y sus voces inundan todo el espacio. La plaza los recibe por las tardes y sus juegos son la alegría de los mayores. ¡Ahora estamos en verano de verdad!
La cosecha ha llegado y el resultado es que no es ni muy buena ni muy mala. Pero ver los muelos en las eras da alegría y certificación de que el esfuerzo de todo el año ha tenido recompensa.
No hemos aprendido de que hay que prevenir los fuegos en el invierno y así estamos ¡en vilo! El intenso calor agosta los rastrojos y las precauciones, todas, son pocas.
La Vega, sonríe un año más en vísperas de fiestas, ya deseosos de que estemos todos y que la animación inunde nuestras calles.