La casa de abuela Simona.
En la memoria de todos los que hemos conocido a la abuela Simona, está aquella mujer afable y cariñosa que vivía en la calle Cantarranas, últimamente con su hijo Jesús y con su hermano Jacob. Cuando murió y la casa quedó vacía en propiedad de sus herederos pasó por varias vicisitudes hasta que ahora ha sido rehabilitada por su nietos, los hijos de la siempre recordada Carmen González. A ellos se debe que la casa se mantenga hoy en pie, han conseguido hacer un poco más bonito y atractivo nuestro pueblo y cada uno de ellos ha aportado su granito de arena trabajando muy duro y con mucho empeño, con gusto y con delicadeza, con el recuerdo y la añoranza y con la memoria siempre presente en aquella abuela, a la que hoy, gracias a Andrés y Mariví, será siempre recordada al ver la fachada de la casa: esa vivienda hoy muy atractiva, luce un letrero emotivo y evidente, que lejos de estridencias y nombres rimbombantes al uso de los ridículos aquellos de villa tal o cual, comienza por llamarse por su nombre, claramente y con contundencia y orgullo "Casa de abuela Simona".
Desde el cielo abuela Simona seguro que aplaude la acción y sonríe orgullosa, a ciencia cierta al lado de Jacob, Jesús y Carmen y también Rafa, velando por sus hijos y nietos que aquí abajo no esconden sus orígenes y se sienten orgullosos de sus predecesores.