Un fuego pone en alerta al municipio.
Un incendio se ha registrado sobre las dos de la tarde el domingo día 13 de septiembre en Vega de Santa María en las inmediaciones del polideportivo, que ha quemado una caseta que contenía leña y ha afectado a una antigua nave ganadera y una extensión de pasto cercana a media hectárea.
La apacible y calurosa mañana del domingo ha tenido unos momentos dramáticos a ver como a escasos cinco metros de las viviendas del casco urbano se levantaban las llamas quemando las hierbas secas y el pastizal de los alrededores del polideportivo y se extendían peligrosamente hacia la parte sur del municipio.
Una caseta de obra que contenía leña cortada para la estufa, ha prendido y una antigua nave ganadera también ha sido afectada por las llamas, así como algún otro montón de leña apilada para hacer frente al invierno.
La rápida intervención de los vecinos, enganchando mangueras y empalmándolas sobre la marcha, ha hecho posible llegar con el agua hasta el foco más agresivo de las llamas reduciendo el impacto del fuego y controlando su extensión. La cercanía del Pozo de las Pilas, ha permitido la extracción del agua con suficiente presión para que las mangueras fueran eficaces ante la extensión de las llamas.
La llegada del helicóptero con la patrulla anti-incendios y la ayuda del vertido aéreo del agua, así como la intervención del camión de bomberos de la mancomunidad de la Moraña, han ayudado a la extinción total del foco.
Varias descargas del helicóptero, que cargaba su saco de agua en las lagunas, sirvieron para sofocar el rebelde incendio que ha tenido en vilo a los vecinos.
Las escasas lluvias y las altas temperaturas del verano han propiciado la tremenda sequedad del pastizal, imposible de tratar y constituyendo un riesgo de incendio que hay que asumir.
Allí mismo se han oído voces de que el pueblo debe contar con infraestructura propia para hacer frente a estos eventos, como bocas de incendio en las calles y que funciones, un depósito suficientemente amplio para recoger agua de emergencia para casos de necesidad, impidiendo además que el sobrante del Caño Grande se pierda sin aprovechamiento.
Llegada la noche aún seguían algunos vecinos sofocando los rescoldos y enterrando, con un tractor con pala, las ascuas para que no se reprodujeran las llamas.
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