LAS OFRENDAS A LA IGLESIA
La religiosidad de las gentes de la Vega ha quedado palpable desde tiempos inmemoriales. Buena prueba de ello son las ofrendas y regalos que desde antiguo han hecho a la parroquia como muestra de este fervor religioso.
Entre los artículos sagrados más valiosos y curiosos de nuestra parroquia se encuentra el que donara Don Pedro del Águila Martínez y su esposa Tomasa Alonso Muriel, en la fecha del 14 de agosto de 1894, a instancia de Don Nicasio García, natural y vecino de la Villa de Vega de Santa María, que regalaron a la iglesia “una cruz de mano de nácar con peana de madera de 44 centímetros de altura que tiene en el anverso un crucifijo de metal amarillo y los cuatro Evangelistas con la Dolorosa y en el anverso 14 pequeños relicarios en forma de cruz que contienen reliquias de los lugares santos de Jerusalén, de cuya cruz me hice cargo yo el párroco y haré constar en l inventario de la iglesia como donación hecha por los repetidos don Pedro Águila y su esposa Tomasa Alonso, vecinos de Madrid a instancias o invitación del [...] don Nicasio García...”
Era párroco en aquella época Justo Hacha Rovira, que lo fuera de la Vega desde 1878 hasta 1895.
Poco más reciente transcribimos otra donación curiosa: la del palio que conocemos en las procesiones del Santísimo. Data del día 22 de enero de 1901 y costó 200 pesetas que regaló doña Balbina García, viuda de don Pedro de Andrés, dado como testimonio de su religiosidad.
En la actualidad, las casullas, los vasos de consagrar, los mantos de la Virgen Nuestra Señora, son algunos de los objetos que de vez en cuando se entregan a la parroquia como muestra de la fe de los vecinos de la Vega.