Por primera vez en la localidad, se instauraba una divertida fiesta que reunía en torno a juegos tradicionales y novedosos espectáculos a chicos y grandes, a vecinos y forasteros a residentes y visitantes, en lo que resultó ser una reunión muy celebrada y divertida.
La música que desde el balcón del ayuntamiento animó toda la tarde, se mezclaba en danza festiva con las burbujas y pompas de jabón que bailaban su propia coreografía en el aire.
Los más pequeños abrieron pronto el recital de la diversión montando como expertos jinetes a Paulina, la dulce Pony de la casa rural Duquesa de la Conquista, que trataba por la plaza con aire de cumplidora y experta atracción.
Una original carrera de sacos puso una sonrisa en el aire, mientras los visitantes de las casas rurales, se animaban a tirar a la rana, donde destacaron por su destreza, las chicas de la casa rural Abuela Simona.. 
Desde la casa rural Las Morantas, se invitaba a participar en el juego de bolos, donde la destreza y la diversión, competían con las ganas de pasarlo bien.
Chicos y grandes tomaron parte en todas las competiciones hasta que ¡Oh Dios mío! Llegó la limonada del Bar La Vega que, acompañada de deliciosas sanguis, vino a endulzar y refrescar una deliciosa tarde donde nadie se sintió extraño. No faltó nadie a la cita. Hubo para todos, desde chuches a fritos y dulces para los más pequeños. 
Así iba transcurriendo la tarde y la fiesta, hasta que llegó el maravilloso espectáculo de exhibición de baile del zumba y las coreografías más dinámicas de las chicas que practican esta especialidad, ensayando a menudo en las escuelas de Vega de Santa María. Todos se animaron a bailar y formaron un triángulo perfecto sobre la plaza, donde se movían al compás, las ganas de divertirse, la fuerza de la juventud y la simpatía y alegría que contagiaba la tarde. 
Luego llegaron los premios: lotes de libros para los ganadores, que había que celebrar también el día del libro y las mejores películas de video para pasar un rato frente al televisor viendo buen cine.
Chicos y mayores no quisieron dar fin a la fiesta hasta que llegó la noche y se firmó el compromiso por parte de los promotores, de instaurar la fiesta de las casas rurales de Vega de Santa María, en el sábado más cercano a la fiesta comunera de Villalar.
Sea así por siempre.
