Pasaban unos minutos de la una de la tarde del 21 de mayo, cuando llegaba a la Plaza de Vega de Santa María la novia. Muchísima gente entre familiares y amigos, la esperaban en la puerta del Ayuntamiento.
Entre todos, el protagonista principal, Mariano, Marianín, amigo de todos, el más pequeño de la numerosa y ejemplar familia Rodríguez Pajares, cuyo corazón es tan grande, que sólo se adivina por el comportamiento ejemplar de sus hermanos, tan unidos siempre, que son espejo donde mirarse y orgullo de nuestro pueblo.
Mariano agradecía a todos la asistencia. Mari Luz, la novia, se bajaba del coche entre gritos de ¡guapa! y ¡vivan los novios! Reluciente y maravillosa, vestida de blanco, sus amigas la felicitaba, sus familiares se congratulaban y todos, emocionados, se disponían a vivir el día más feliz que recuerda la Vega en mucho tiempo.
El Salón de Plenos del Ayuntamiento, adornado con mucho gusto con pétalos de rosas de todos los colores y con una bonita alfombra, que ponía encanto al lugar, disponía de sillas y espacio suficiente para que los familiares y amigos fueran testigos del “sí quiero” más bonito que se ha dicho esta paraje y que hemos escuchado en este lugar.
Se leyeron los artículos del Código Civil que les unían y se pusieron los anillos, se besaron y los testigos dieron fe de este enlace que seguro será muy feliz. Salieron al balcón a saludar a los numerosos amigos que esperaban en la Plaza y fueron muy aplaudidos y saludados con vítores. Bajaron la escalera para recibir la enhorabuena de cuantos estábamos allí reunidos, antes de salir para la comida en Navares. Posaron para las fotos que dan fe de la preciosa boda que ha unido a uno de los hijos de Vega de Santa María, con Mari Luz, esposa desde hoy de Mariano, hija consorte de nuestro pueblo y, esperemos que muy pronto, madre de muchos vástagos que bendigan la unión.
¡Felicidades y Enhorabuena a los nuevos esposos!