A MARIANO

 

Gana la Vega con su presencia
cuando termina la jornada laboral
y reune en su entorno tras su ausencia
a la familia que es su potencial.
Es aquella fábrica de coches,
donde dedicó su vida y su jornal,
la que hoy piede y va mal,
por no haber aprovechado día y noche
su buena experiencia de trabajar.
Trae Mariano la alegría,
nunca perdida y siempre genial
para adorar a su pequeño nieto,
¡otro fortachón chaval!
para que aprenda de la vida,
a correr, a estudiar, a trababajar
y con prestanza ¡a cazar!
que para eso su abuelo,
está dispuesto a enseñar,
como enseñó a Victor
y no lo hace nada mal.
Recuerdo a Mariano tras la barra,
¡la alegría de aquel bar!
que subió tan alto el listón,
que sólo Tere podía saltar.
¿Qué mas le pides a la vida?
¡Tiempo para disfrutar!
Que te hiciste veguero
aunque Berlanas no era mal lugar,
y eso se agradece,
cuando a la Vega al llegar,
tu casa fue la primera,
que se podía contemplar,
mirando a la derecha,
¿dónde se iba amirar?:
¡Ahí viven Mariano y Tere!
vecinos sin igual
que los llamas y están prestos
siempre a colaborar.
Virginia y Victor son sus chavales,
orgullo de este pueblo
y sin igual en muchos lugares.
¡Qué maja es esta gente!
sincera, buena, seria y legal,
que sabes que no hacen mal,
pues miran claro y defrente.