A EUSTAQUIO
¿Quién en la Vega no conoce
a nuestro buen amigo Eustaquio?
Calle Santa María arriba
o por calle el Pez abajo,
luce bigote y barriga
anda siempre despacio
cuando entra o sale de casa
que para él es un palacio,
pues una casa en la Vega
¡vale más que el topacio!
A todos sonríe y saluda,
de todos recibe un halago,
pues no hay en el pueblo,
quien combine como un mago
cariño, simpatía y amistad.
Buen humor y sorna
maneja con destreza
la crítica la adorna,
¡y esa es su grandeza!
cunado el mal en bien torna
De la acidez a la dulzura
de los pies a la cabeza
elimina la amargura
cuando con alguien tropieza.
A todos nos saluda
en él no hay ofensa
pues palabras con dulzura
no son ataque, ni defensa.
Por Mari siempre apoyado
que es la más honrada esposa
¡Dios la tenga siempre a su lado!
como mujer muy virtuosa
Taquio de su profesión hace gala
y en ella es reconocido
pues siempre sirvió con anhelo,
dio todo por los demás
fue ejemplo de servicio
de compromiso y humildad,
de entrega y sacrificio
de ejemplar profesionalidad,
Y prolonga su devoción
en sus dos hijos varones
no hay mejor ilusión
como padre de convicciones
que hereden su profesión
sus compromisos y aficiones
Pedro y Juanjo tienen
como hijos ejemplares
una tarea que cumplir
en el espejo de los padres
mirarse, convencer y decidir
venir más por la Vega
y dejar tanto Madrid.
¡Dales con el palo, Eustaquio
si no quieren cumplir!
que tú sabes que en la Vega
nada malo puede sobrevenir.