La Revista de Vega de Santa María   Cultura

Toros en Vega de Santa María.

¿Quién dijo que no éramos toreros en la Vega?

Uno de los eventos más interesantes de estas fiestas los han protagonizado Veguerito y Carajillo, los dos toros que han lididado los chicos de la Vega y entre los que destaca la estupenda torera Candelas, que ha aniado el cotarro de qué manera y que ha dado un averdadera lección de tauromaquia a los espectadores.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La pintura de Pedro Jiménez.

Óleos, de Pedro Jiménez .

La pintura de Pedro Jiménez Jiménez (Vega de Santa María, Ávila, 1938) se define con dos palabras fundamentalmente: orden y sosiego.

Los lienzos, rebosantes de colorido, son testigos del dominio de la pintura al óleo y el extraordinario manejo de la paleta y el pincel, que le sirven para expresar una realidad a veces presente, a veces antigua y evocadora por los motivos que trata, pero siempre con viveza y dinamismo. Transmite al espectador esa quietud, tranquilidad y placidez que emana de su contemplación. Todo está en su sitio, nada desentona.

Los motivos tratados, van desde paisajes con arquitectura, donde la mano del hombre está presente con sus mejores obras, expresadas en castillos, murallas y esas iglesias, que nuestros antepasados construyeron para Dios y que son el máximo exponente de cada pueblo, al relato pictórico de sus calles llenas de viveza y alegría, de emoción y añoranza por la antiguo y de regocijo alegre que hace despertar nuestros recuerdos más infantiles, sobre todo cuando pinta las escenas del sufrido labriego, cosechando bajo el sol intenso, con segadores y espigadoras, acarreadores... hombres de nuestro campo en definitiva, que al cuidar Pedro Jiménez cada detalle, resucita en el espectador los recuerdos tan cercanos de su tierra natal.

Por eso los motivos de su pintura tienen mucho de didáctico, de enseñar otros tiempos, de convertirse en fuente gráfica e histórica de un pasado en el entorno rural, que las nuevas generaciones ignoran. No extraña esta didáctica, pues se relaciona íntimamente con su dedicación laboral: maestro nacional. ¡Cómo no va a tener su pintura esa docencia! Cada cuadro enseña, muestra, y de ellos se aprende como fue el pasado en esta Castilla antigua que nos presenta don Pedro.

Sobre todo está el retrato, al que afronta con maestría, la expresión mayor del dominio del dibujo. Y vuelve a superarlo con el autorretrato. ¡Cómo los grandes maestros!

Orden y sosiego, espíritu de Castilla, pintura de hoy mirando al ayer, para dar testimonio del paso del tiempo.

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